Nuevos escenarios para la agricultura


La sequía en Estados Unidos, que afecta al 75% de la superficie cultivada de maíz y soja, abre nuevas posibilidades a los países latinoamericanos. Brasil pasará a ser el mayor productor mundial de soja y Argentina se quedará con el tercer lugar.

Los problemas que enfrenta el país del Norte con sus cosechas está generando presiones al alza y la volatilidad en los precios de los alimentos, provocando incertidumbre sobre el comportamiento de los mercados internacionales de granos en el mediano plazo, pero también abre la posibilidad, para países como el nuestro, de aumentar sus exportaciones y el ingreso de divisas a la caja nacional. Los precios internacionales del maíz, el trigo y la soja, treparon más de 30% desde el inicio de junio a fines de julio. Lejos de la coyuntura política nacional, el entusiasmo en los agricultores no pasa desapercibido.

Sin duda, estamos frente a un nuevo escenario para la agricultura que no llegó, precisamente de la mano de proyecciones económicas, sino que fueron arrastradas por un factor tan impredecible como el clima. Ahora se piensa más en la agricultura y en reducir espacios para la intensificación ganadera, buscando alcanzar un mayor margen de rentabilidad productiva.

Pero no todo es Oro Verde. Argentina está dentro del “Top Ten” de los países productores de algodón en el mundo. La mejora en los precios permitió trepar de las 450 mil hectáreas cultivadas en 2010 a unas 700 mil en 2011. En este porcentaje la provincia de San Luis aportó en la presente campaña 2.770 hectáreas en la Cuenca de la Llanura Norte, en el Departamento Ayacucho y, estiman que para la campaña que arrancará en octubre, la superficie de siembra se incremente en un 35%, según proyecciones de la Agencia del INTA-Quines.

En el país se rotaron tierras que habían sido desplazadas por la soja, alcanzando una producción de fibra cercana a las 310 mil toneladas, con saldos exportables de unos 300 millones de dólares, mucho mejor aún, si tenemos en cuenta, que en el país se industrializan alrededor de 180 mil toneladas, según datos de la Cámara Algodonera Argentina. En San Luis el rinde por hectárea se estima, al cierre de la presente campaña, entre los cuatro mil y cinco mil kilos en promedio.

Empujado por un mayor crecimiento económico se proyecta un aumento del 4% en el uso industrial del algodón en el mundo que lo ubicaría en unos 24 millones de toneladas en la presente campaña 2012/13, según cifras del Comité Consultivo Internacional del Algodón (ICAC). La tonelada de fibra cotiza a un valor medio cercano a los 2.200 dólares, mientras que la tonelada de indumentaria que nuestro país exporta con diseño y marca nacional, supera los 46 mil dólares. Un escenario atractivo para una producción que va ganando terreno en San Luis. 

Un cultivo que históricamente representa para las provincias del norte argentino su mayor fuente de ingresos y de mano de obra. Una producción que hoy corre con viento a favor, si se fortalece a toda la cadena de la agroindustria textil con políticas destinadas a la mejora de la calidad del algodón y de erradicación de su mayor plaga, el picudo algodonero; como así también, promoviendo el agregado de valor para acompañar el desarrollo y crecimiento de las economías regionales.

No es un dato menor, observar que San Luis se encuentra cada vez más cerca de los estándares de eficiencia de zonas productivas consideradas centrales. De las siete millones y medias de hectáreas, que tiene la provincia, 540 mil son aptas para la agricultura, es decir un 10%, lo que arroja un margen enorme para desarrollarse, aún más. De una población cercana a los 10 mil productores agropecuarios, el 75% en promedio se volcó a la Siembra Directa.

Actualmente unas 350 mil hectáreas son de agricultura continua, agricultura de precisión, en base a buenas prácticas agrícolas. Los escenarios internacionales marcan el ritmo a las economías regionales y en San Luis hay mucho camino por recorrer si los agricultores y políticos se dejan seducir además, con todo aquello que tiene para contribuir con el desarrollo del sector agropecuario, el conocimiento y la ciencia.

Andrea Sosa Araujo

Agosto 2012

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